La Gran Selva Maya de Chiapas

La Gran Selva Maya de Chiapas constituye uno de los ecosistemas más ricos y extensos de la península y sur de México, integrando selvas altas, medianas y bajas, áreas de transición con humedales, ríos, montañas bajas y valles. Este artículo ofrece una descripción exhaustiva de Chiapas dentro de la Selva Maya: geografía, biodiversidad, población, comunidades mayas, costumbres, medicina tradicional, arte, danza, música y patrimonio cultural. Se aborda la relación histórica y contemporánea de la población con el entorno, destacando la importancia de la Reserva de la Biosfera Montes Azules, las Áreas Naturales Protegidas y los corredores biológicos, así como la interacción entre la conservación ecológica y la preservación cultural. Además, se incluyen los desafíos actuales, como la deforestación, la presión de la frontera agrícola, la pérdida de conocimiento ancestral y el impacto de proyectos de infraestructura, junto con estrategias de conservación biocultural y sostenibilidad. Se incorpora una versión infantil para acercar la riqueza cultural y natural de Chiapas a los más jóvenes.

Palabras clave: Selva Maya Chiapas; Montes Azules; biodiversidad Chiapas; cultura maya; medicina tradicional; ecosistemas tropicales; patrimonio biocultural.


Chiapas, al sureste de México, representa la región con mayor extensión selvática de la península y sur mexicano, con bosques tropicales húmedos, selvas medianas y bajas caducifolias y perennifolias, así como humedales, ríos caudalosos y áreas de transición con ecosistemas montañosos. La selva chiapaneca se caracteriza por su gran diversidad biológica, siendo hogar de más de 300 especies de aves, 150 especies de mamíferos, reptiles, anfibios y una flora exuberante que incluye ceibas, ceibos, pichs, chechems, chicles, tzalam, cedro, y múltiples especies endémicas. La geografía de Chiapas, con relieve variado que incluye la región del Lacandón, la cuenca del Usumacinta, los altos de Chiapas y la frontera con Guatemala, genera microclimas que favorecen ecosistemas diversos y complejos. La selva lacandona y Montes Azules son centros de biodiversidad mundialmente reconocidos y constituyen corredores vitales para especies emblemáticas como el jaguar (Panthera onca), el tapir (Tapirus bairdii), monos aulladores y diversas especies de aves migratorias y residentes. (conanp.gob.mx)

La población de Chiapas en las áreas selváticas está compuesta por comunidades mayas, tzeltales, tojolabales, choles y lacandones, que mantienen prácticas ancestrales de agricultura, recolección, caza controlada y manejo sostenible de los recursos. La lengua maya y las lenguas locales continúan siendo vehículo de transmisión de saberes sobre flora medicinal, rituales de agricultura, narraciones mitológicas y usos tradicionales del bosque. Estas comunidades implementan sistemas agroforestales de milpa, combinando maíz, frijol, calabaza y otras especies con la conservación de especies de uso medicinal y maderable. (inegi.org.mx)

La flora de Chiapas incluye selvas perennifolias y caducifolias con especies emblemáticas como Ceiba pentandra, Cedrela odorata, Manilkara zapota, Haematoxylum campeianum, Metopium brownei, Vitex gaumeri, así como especies medicinales locales como Quassia amara, Hamamelis mexicana y diversas hierbas utilizadas en curaciones tradicionales. La fauna incluye mamíferos de gran tamaño, reptiles, anfibios, aves migratorias y residentes, peces de ríos y cuerpos de agua, murciélagos y otras especies endémicas que dependen de corredores biológicos bien conservados. (biodiversidad.gob.mx)

La medicina tradicional es parte integral de la vida comunitaria, basada en herbolaria, rituales, baños medicinales y aplicación de plantas para tratar fiebre, infecciones, heridas y enfermedades digestivas. Las plantas se combinan con saberes rituales que conectan lo espiritual con lo físico, como ceremonias de lluvia, festivales agrícolas, y rituales de sanación de la comunidad. Los conocimientos se transmiten oralmente, generando resiliencia y continuidad cultural.

Las expresiones culturales comprenden danza, música, artesanías, narraciones, bordados, cerámica, tejido de palma y madera, así como prácticas rituales que combinan la cosmovisión maya con la preservación del entorno natural. La danza del venado, el baile del maíz, las ceremonias de los ciclos agrícolas, los cantos tradicionales y los rituales de iniciación son ejemplos de la integración de cultura y ecosistema. La música y la narrativa transmiten los mitos de la creación, la relación con la selva y los animales, así como enseñanzas sobre equilibrio y respeto al entorno.

Chiapas enfrenta retos de deforestación, presión agrícola, fragmentación del bosque, pérdida de especies emblemáticas, migración, debilitamiento de lenguas indígenas y cambios en las prácticas culturales. La selva lacandona ha sido históricamente afectada por tala ilegal, expansión agrícola y conflictos territoriales. La conservación requiere integración de derechos comunitarios, educación bilingüe, protección de áreas naturales, monitoreo de biodiversidad, restauración ecológica y promoción de prácticas culturales sustentables. (semarnat.gob.mx)

Para garantizar la preservación de la Gran Selva Maya de Chiapas es necesario un enfoque integral que considere la conservación biológica, la protección de la cultura maya y de otras comunidades indígenas, el fortalecimiento de sistemas de gobernanza local, el turismo comunitario, proyectos de restauración de bosque, educación ambiental y programas de documentación de saberes tradicionales. El reconocimiento de la interdependencia entre naturaleza y cultura es clave para asegurar la sostenibilidad y resiliencia de la región.


Versión infantil (cuento)

En la selva de Chiapas, donde los ríos corren entre piedras antiguas y los monos aulladores saludan al amanecer, vivía un niño llamado Ajpu. Ajpu escuchaba a sus abuelos hablar de la Gran Selva Maya: de árboles gigantes como la ceiba, de jaguares que se esconden entre la sombra, de plantas que curan el estómago, limpian las heridas y traen lluvia para la milpa.

Un día Ajpu siguió a su abuela y descubrió flores, hierbas y árboles con historias mágicas. Aprendió los nombres de las plantas, cómo usarlas con cuidado, y la importancia de cuidar el bosque. Vio que algunos lugares estaban siendo talados y la selva se entristecía. Pero sus abuelos le dijeron: “Cada semilla que plantas, cada palabra en maya que dices, cada canción que cantas, ayuda a que la selva siga viva.”

Ajpu plantó árboles, recogió semillas, cantó canciones para los ríos y aprendió a reconocer los sonidos del jaguar, del mono y del río. Con su comunidad cuidó la selva y sus secretos, y la selva, feliz, siguió contando historias de antiguos reyes y guardianes del bosque.


Bibliografía (APA)

  • Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). (2024). Reserva de la Biosfera Montes Azules, Chiapas. https://www.gob.mx/conanp/acciones-y-programas/reserva-de-la-biosfera-montes-azules (conanp.gob.mx)
  • Biodiversidad Mexicana. (s. f.). La biodiversidad en Chiapas: Estudio de Estado. Gobierno de México. https://www.biodiversidad.gob.mx/region/EEB/estudios/ee_chiapas (biodiversidad.gob.mx)
  • INEGI. (2023). Áreas geográficas y población indígena de Chiapas. https://www.inegi.org.mx/app/areasgeograficas/?ag=07 (inegi.org.mx)
  • SEMARNAT. (2024). Políticas de conservación y biodiversidad en Chiapas. https://www.gob.mx/semarnat (semarnat.gob.mx)
  • Raudal, Revista. (2025). Selva Lacandona y Montes Azules: Biodiversidad y cultura en Chiapas. (revistaraudal.com)